La llama flamea
frente a los ojos de la ciega.
Es tiempo de sal
/
el pensamiento
junto a la madre a quien
le mataron el hijo
arrastra los pies
de la madre / no ve
el cielo azul / no respira
el aire húmedo de este otoño
/
el pensamiento nunca se va,
es un duelo sin aristas.
La madre ya no es
y es pensamiento
/
a la madre se le secaron las lágrimas
/ no es metáfora / tiene los ojos secos
la piel seca / la sangre
le pide salir.
A un costado de su cuerpo
tiene
clavado al hijo
/
la sal detiene el tiempo
lo seca
hasta convertirlo en un pensamiento,
una lápida
/
qué hacer
qué sentir
cómo
hasta cuándo
con qué / parte del cuerpo que falta
/
la madre marcha en silencio.
Aturde
/
el pensamiento atraviesa
el cuerpo de la madre
la lleva puesta
en su pecho de pancarta.
Que todos sepan:
le mataron el hijo
--
En el nombre del hijo
que dejó un silencio
lleno de flores / otros hijos
*(casi diariamente las veo, nos saludamos con un beso, o sé de ellas; son las madres, de Ata, de Guillermo Trafiñanco...; de Diego Bonefoi, de Nicolás Carrasco...; de las chicas de Cipolletti Paula, Verónica, María Emilia... nada, hoy salió esto que no pretende ser más que un llamado, por ellas. Por los chicos).
ResponderEliminarun hijo que son todos los hijos, la parte del cuerpo que falta, el silencio vuelto palabra, recuerdo, montones de ideas y sentimientos hoy, ahora, entre tanta sal. Te mando abrazo fuerte!
ResponderEliminarel pensamiento nunca se va
ResponderEliminarabrazo Tani, abrazo Maritza
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