18.11.09

Edad para volar





Mi madre creía en los santos y en los sueños. Interpretaba como señales de buen presagio mis recurrentes experiencias de vuelo nocturno, estrategia que en la mayoría de los casos surgía como única posibilidad para escapar del horror de las pesadillas. Por lo menos yo sí me salvaba cuando salía volando. Ella no. A ella la alcanzaba una suerte de perseguidor y eran sus gemidos en el fondo de la noche lo más parecido a la peor de las pesadillas que jamás tuve. Desde mi cama yo la llamaba varias veces y, no antes de molestarme hasta el enojo, ella despertaba. Entonces nos volvíamos a dormir y por la mañana ese era un asunto del que normalmente no se hablaba.
"El que sueña que se muere, se muere" decía que decían. Yo nunca soñé que me moría y sí que se moría otro, lo que significaba que “le alargaste la vida”. Tampoco soñé que ella se moría y aunque ahora sé que no hubiese ayudado, a veces pienso que se lo debo.
El día que mi madre murió yo estaba lejos de casa. Casa estaba lejos de mí. Durante un tiempo tuve la sensación de que nada me sujetaba a la tierra, que nada ejercía contrapeso del otro lado. Durante un tiempo no supe cuál era el otro lado. Aquello que había aprendido sobre los santos y los sueños se había ido por un agujero; y lo peor de todo es que ya no tenía edad para volar.

(de "Caracoles y piedritas", inédito)

5 comentarios:

  1. Se llama "caracoles y piedritas"? me gusta! Sabés que yo no puedo ponerle sal a los caracoles. Cuando son muchos y ya amenazan el equilibrio flor-planta en el jardín, tengo dos tretas. La mejor es el platito de cerveza: mueren de coma alcohólico, re felices, nadan como Esther Williams hasta que la muerte los separa...
    La otra es más poética: los agarro con cuidado de no romperles la cáscara, y los pongo a volar, por el paredón, al jardín del vecino. Muy pocas veces hacen crac en el piso, es un jardín muy mullidito... Me encanta que tenés blog, Iris. Abrazo fuerte

    Sil

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  2. ay, sil,gracias por visitarme el blog. También revoleo caracolitos, pero no sé si tienen tanta suerte como los tuyos, acá no hay mucho de mulllido, y cuando estoy de buenas los deposito sigilosamente en algún cantero ajeno, pa'que tengan, también tengan caracolitos vegetarianos.
    Pero estos otros caracolitos -y piedritas- son esos que se juntan cuando vas al mar, por obligación... y que después ya no brillan como antes.
    "Caracoles y piedritas" es ese rejunte de escritos donde encontrás todas esas cositas que voy juntando, como cuando voy al mar.
    beso grande. iris

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  3. Me agradó tu cuento, querida Iris, con un final fuerte, real.
    Un saludito
    Analía

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  4. Viste q aveces uno se despierta de un brinco! (como desde una gran caida libre en uno mismo) Por eso, yo creo en la caida de los sueños ¿la caida de los sueños será igual a lo que llaman la caida del angel? (perdon por el cuelgue)Tu escritura me hace pensar en otras cosas. Para subsanar estos desvaríos tenvio un abrazo que rodee todo el blog...

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  5. me gusta abrir ventanas y ventanitas para que se llene de poetas en pleno vuelo, en caída libre!!

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